que envenena cada uno de mis sentidos,
me ciegas con tu voz,
me callas con tus ojos,
me ensordeces con tu aroma,
tu olor siempre sabe entre música y tierra húmeda.
Con tu simple presencia
me dejas un sabor entre dulce y amargo en la boca,
siempre más dulce que amargo,
pero quizás a veces mi paladar se equivoca.
Desentierras las sonrisas olvidadas,
y le traes paz a mi alma,
y aun así te sigo comparando con espinas.
1-09-08
No hay comentarios:
Publicar un comentario