jueves, 29 de abril de 2010

Cruzando una línea...

Dibujé una línea por el contorno de tu cara, yo no sé por qué lo hice, sólo lo hice. Ojalá hubiera tenido un buen motivo para hacerlo, los buenos motivos me sobran contigo.
Ayer pasé por esa calle donde suelo encontrarte, pase tan solo por pasar, para ver que seguías ahí; y no te encontré. Te llame, repetí tu nombre una y otra vez, convocándote en aquél sitio esperando que aparecieras de estampía y como siempre perdernos en un segundo, pero tampoco ocurrió, tantos momentos que no ocurren en esta ciudad que a veces uno se siente derrotado de no hayar. En las intermitencias de una nada descubrí qué ocurrió, por qué no apareciste a construir un instante plausible como tantos instantes que has creado para mí. Voy a cruzar una línea por esto, por desearte momentos de dicha, por desear que en tu jardín sólo hayan olivos, por pedirle a la vida que tus labios degusten sólo los mejores vinos, que tus brazos experimenten solo ternura sincera, y que tu alma esté siempre llena de los más bellos sentimientos. Siento un cariño desbordado por ti, te quiero tanto, y eso es un poco cruzar la línea también.
Ya no hay un destino que nos alcance, al menos no en común, para que continue con este sentimiento abnegado, cruzaré la línea otra vez, porque esta forma de pensar es destruir un camino que supuestamente se había escrito...