Leyendo "Rayuela" de Julio Cortázar, nuevamente, me encontré con esta otra frase que me encantó, es del cápitulo 48 en uno de los tantos momentos de contemplación de Oliveira:
"No era ni un fracaso, ni una fijación en un orden caduco; un amor que podía prescindir de su objeto, que en la nada encontraba su alimento, se sumaba quizá a otras fuerzas, las articulaba y las fundía en un esfuerzo que destruiría alguna vez ese contento..."
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