No dijiste "adiós", no te marchaste pese la tormenta; Aún sabiendo que era tarde tomaste mi mano y tu boca emitió un "te espero", y tus ojos me arrebataron el tiempo. Si yo te contara las ganas que tenía besarte en aquél instante, qué bellas palabras "te espero", si pudieras ver como yo y entender qué profundindad esconden, te mirarías como te miro ahora y todas las nubes desaparecerían de tu cielo.
Tú quitaste las nubes de mi cielo, te llevaste la tormenta que te ha hecho esperar, y ahora me tienes aquí, con temores, con dudas, y sin certezas, dispuesta a luchar contra mis demonios y arriesgarlo todo por quien ha estado esperando a que lo haga.
Aunque ahora si me quieres es algo incierto prometo tomar tu mano, aquí voy a estar valiente y sin desencanto, ahora yo te espero...
Con muchísimo cariño.
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