martes, 14 de julio de 2009

Conciencia

Tómese un segundito, calladito, tranquilito, siéntese y cuénteme qué le ha pasado, se le antoja un café... Espere no puedo traerle uno recuerde que solo un invento de su imaginación, sí señor de su imaginación.

En un rincón estaba y esa maldita voz no paraba de torturarle, miraba cada cosa a su alrededor y no entendía qué pasaba, no estaba loco ni taciturno, no estaba solo y esa maldita voz que llaman conciencia le recordaba que algo había pasado, que había algo era mejor encerrar en un baúl enterrar bien hondo y luego tirar la llave en el cráter de un volcán para que se fundiera y si alguien hayaba el cofrecito no pudiera liberar esa culpa que le estaba devorando el alma.
Se puso en pie y encendió una vela no fuera a ser que alguien sospechara una conducta extraña y, para alguien como él, la mejor forma de que algo fuera de sitio pase desapercibido es actuando sin naturalidad, así que hizo algo que nunca hace: encender una vela y quedarse en silencio, así cualquiera que pase por su habitación dirá "el loco este ya se aplacó" y el podrá fingir que nada pasa y salir a la calle como los otros locos que guardaron su locura en un cajón y olvidaron ponérsela en la mañana antes de salir de casa.
Qué pecado cometió, solo él lo sabe... La verdad es que la conciencia no puede solo olvidarse, está ahí siempre, y ustedes saben señores que es una mierda tener que rendirle cuentas: ^Por qué te comiste esa galleta, ^Tenía hambre, ^No era tu galleta, no debiste comerla, ahora alguien más se quedara sin postre después de la merienda, orgullo debería darte ser un sucio ladrón de galletas, ^Quizás no debí comerla, pero ya lo hice... Puedo comprar otra galleta y dejarla en la alacena donde su légitimo dueño pasará por ella, ^Pero esa ya no será su galleta, porque la suya te la comiste y sabe Dios que estaré aquí para que no se te olvide. Esos son los malestares que ocasiona la mugre conciencia, pobre de él su rostro lo intenta pero no puede contenerse, él quiere gritar el crimen pero sabe bien que no debe.
Ha tomado su abrigo, ha abierto la puerta y ahora está saliendo, está caminando, a dónde caminas es tarde, debes volver, vuelve si no lo haces te lo recriminaré, vuelve es noche y la luna está linda vela desde te ventana mientras te tomas un café nadie sospechara lo que hiciste, pero qué idiota he sido, a ti no te importa lo que piensen los demás te importa lo que piensas tú o lo que crees pensar porque la verdad que soy yo quien te mata de preguntas. Los que ya olvidaron su conciencia te etiquetan de loco por intentar hacer todo corretamente, por pensar en otros sacrificando tu propio bien y quizás si estés mal porque no me escuchas, vuelve a tu dormitorio ahora.
Eso es camina de vuelta, muy bien, ahora duerme escóndete en tu subconciente un rato, nos vemos mañana siete en punto hoy te dejaré dormir ya sufriste un poquito el día de hoy...

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