viernes, 22 de mayo de 2009

Descansa en Paz

El domingo pasado se anunció una noticia sumamente entristecedora y lamentable: Mario Benedetti falleció.

¿Quién pensó que uno de los mejores escritores latinoamericanos sería eterno? Yo no lo hice, yo lo hago. Nunca tuve el honor ni la fortuna de siquiera verlo en persona y aún así lo considero un maestro, gracias a él conozco todo lo que sé de literatura, especialmente de poesía. Yo jamás lo creí verdadero, toda mi vida escuché de él, pero lo leí hasta los catorce años, y me enamoré de sus cuentos, de sus poesías, de sus ensayos.

De él aprendí que la poesía no es pura rima consonante, aprendí que las palabras son un arte perfecto, lo encierran todo y son capaces de dibujar el coraje, el valor, la ternura, el amor, la rebeldía, y las ilusiones. Aprendí a defender una idea. Aprendí a escribir y a querer con desenfreno y con cordura.

Benedetti vive y no solo eso, también es inmortal porque nos ha dejado un legado: sus obras. Es inmortal porque nos ha dejado un vacío que no se llenará jamás, porque al igual que para mí, muchas personas fueron acompañadas por él y crecieron gracias a él en momentos difíciles. Su obra es un patrimonio invaluable, fue y será siempre uno de los mejores escritores que América latina ha visto nacer.

Y aunque bien sé que el jamás leerá esto: “Hasta siempre Mario Benedetti en México como en Uruguay seguro hay inmortalidad para ti”

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